jueves, 4 de octubre de 2007

11 S. Introducción.


hace ya un tiempo, comencé a escribir-plagiar un ensayo sobre el 11 S. Después de informarme un poco sobre el asunto, me kedé flipao, y seguí leyendo cosas y viendo docus para enterarme mejor de todo. hay mucha gente ke ha investigado magníficamente lo sucedido, y yo pensé usar sus trabajos para hacer el mío. entre otros, Thierry Meyssan me ha "inspirado" mucho, casi tanto como varias webs (9-11 Research, Scholars for 9/11 Truth, Red Voltaire...), o algún documental imprescindible como "Loose Change", de Dylan Avery, o "In plane site", de William Lewis y Dave vonKleist.

lo ke os pongo a continuación es la intro de mi ensayo. ya iré poniendo el resto. salud!

El 11 S fue un terrible ataque terrorista organizado y perpetrado por las más altas esferas del Poder en los USA. Así de claro. Ese día comenzó una guerra y murieron muchas personas. En cifras oficiales, casi tres mil, víctimas de las ansias de riqueza y poder de un grupo no identificado de neonazis que pretenden dominar el mundo por la fuerza. Suena tremendo, ¿verdad?

Sin embargo, Estados Unidos de América tiene un largo y terrible historial de maldades. Hay precedentes. En 1898 hundieron el acorazado Maine, en La Habana, Cuba, matando a más de doscientos estadounidenses. De inmediato culparon a los españoles y les echaron del Caribe a cañonazos. En 1962, desde el Pentágono se presentó al Gobierno la Operación Northwoods, que consistía en simular y también cometer actos terroristas que implicarían bajas propias, acusar de ello a los cubanos y legitimar una invasión de la isla rebelde. Pero Kennedy lo rechazó. Tampoco había ayudado a la CIA en Bahía de Cochinos en el 61. Ni quería guerrear en el sudeste asiático. En noviembre del 1963 lo asesinaron, y siete meses después se inventaron un ataque naval norvietnamita en el Golfo de Tonkin para poder comenzar la guerra de Vietnam.

Como fingen ser demócratas, necesitan legitimar sus agresiones. Porque desean algo que sólo pueden conseguir por la fuerza. Y para ello deben justificarse ante su opinión pública. En este caso, el 11 S es el pretexto que usaron los neonazis representados por Bush para lanzar su plan de conquista global. Porque tienen un plan, por supuesto.

Una organización llamada “Proyecto para el nuevo siglo americano” (PNAC), entre cuyos miembros estaban dirigentes como Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Paul Wolfowitz, o Lewis Libby, publicó en septiembre de 2000 un informe conocido como RAD, donde señala el belicista camino que debe seguir su “América”. Proponen reforzar el ejército, desarrollar su arsenal nuclear, electrónico y biológico, y desplegar sus tropas en Oriente Medio, sureste de Europa y sureste de Asia. Hablan de lograr victorias en “guerras múltiples y simultáneas”, y señalan a Irak, Irán, Siria, Corea del Norte y China como futuras amenazas. En dicho informe, admiten que su objetivo es mantenerse como líder único e indiscutible tanto tiempo como puedan, para poder así manejar el mundo conforme a su ideología y a sus intereses. Y sin más, al final de un párrafo, dejan caer lo siguiente: "El proceso de transformación (...) será probablemente largo, carente de algún suceso catastrófico y catalizador, como un nuevo Pearl Harbour".

El 20 de enero de 2001, Bush es nombrado presidente de forma bochornosa. Tras detectarse irregularidades en el sistema de votación en Florida, el Tribunal Supremo de ese estado ordena un recuento manual de votos en todo el país. Pero mucho antes de que se completase, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos suspendió el recuento, evitando así que se conocieran los resultados reales. A pesar de todo, oficialmente Al Gore obtuvo el 48,4% de votos, frente al 47,9% de Bush.

Nueve días después de ocupar su despacho, el vicepresidente Dick Cheney creó el National Energy Policy Development Group, un secreto grupo de trabajo integrado por las principales multinacionales energéticas del país, ideado para asesorar al Gobierno en ese campo. En 2003 se hicieron públicos algunos de sus documentos, que incluían mapas detallados de pozos petrolíferos, oleoductos y refinerías de Arabia Saudí, Irak y Emiratos Árabes Unidos. También habían “estudiado” los principales proyectos de desarrollo petrolero y de gas de cada uno de esos países.

Otra zona rica en hidrocarburos es Asia Central. Países como Kazajstán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán y Turkmenistán poseen grandes reservas de gas natural y de petróleo. A finales de los noventa, la petrolera estadounidense Unocal pretendía construir un gasoducto desde Turkmenistán hasta la costa pakistaní, atravesando Afganistán. En diciembre de 1997, Unocal se reunió en Washington con un miembro de la administración Clinton y tres ministros afganos talibanes para hablar del asunto. Hubo más encuentros, pero los USA bombardearon Afganistán en agosto del 98, como represalia a los atentados contra sus embajadas en Kenia y Tanzania. Y ahí se acabó el negocio. Pero tras la invasión de octubre de 2001, el gasoducto finalmente se construyó, y los nuevos dueños del país colocaron a un ex empleado de Unocal, Hamid Karzai, como presidente de Afganistán.

Ese país tiene una larga tradición en el cultivo de adormidera, materia prima del opio y la heroína. Se dice que dos tercios de la producción mundial son afganos. Los talibanes prohibieron de forma oficial esta actividad, con lo que el precio del opio subió de 30 a 750 dólares el kilo, según datos de la ONU. A partir de 2002, esta industria ha generado un exceso de producción tal que el precio se ha puesto en 100 dólares el kilo.

O sea, que los neonazis estos tenían planeado hacerse con el Gobierno de Estados Unidos como fuera, para después lanzarse a la captura de ricos tesoros a sangre y fuego. Pero su primera gran acción fue un robo de guante blanco.

Desde el 6 de septiembre de 2001, se registraron numerosas e irregulares operaciones especulativas en la bolsa de Nueva York. Las opciones de venta de acciones de empresas que se verían afectadas por el 11 S, no pararon de subir. Esto les provocó enormes caídas de valor. Las acciones de United Airlines bajaron un 42% y las de American Airlines un 39%. Igual suerte corrieron los títulos de las compañías aseguradoras involucradas, y de distintas empresas relacionadas con el World Trade Center. El 15 de octubre, la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) anunció que las ganancias fruto de estas operaciones alcanzarían varios centenares de millones de dólares. Según sus propias palabras, “el más importante delito por aprovechamiento ilícito de informaciones privilegiadas jamás cometido".

Y entonces, estalla la guerra. El día 11 de septiembre, cuatro aviones comerciales son secuestrados. En Nueva York, dos aviones militares teledirigidos se estrellan contra las torres del World Trade Center, donde se registran explosiones tanto dentro como fuera de sus edificios. Después, las dos torres, y el rascacielos conocido como WTC 7, son derribados por demolición controlada. Cuatro edificios más resultarán también destruidos. En Washington, un misil impacta contra el Pentágono, y se produce un incendio en un edificio anexo a la Casa Blanca, el Old Executive Building. Y en un prado de Shanksville, Pennsylvania, se produce una extraña explosión. Cinco años después, los cuatro aviones secuestrados siguen sin aparecer.

El 12 de septiembre, Bush declara lo siguiente: “Los deliberados y letales ataques perpetrados ayer contra nuestro país eran algo más que actos de terror. Eran actos de guerra.” También dice: “No permitiremos que este enemigo gane la guerra cambiando nuestro modo de vida, o restringiendo nuestras libertades.” Y termina sentenciando: “Esta lucha del Bien contra el Mal será monumental, pero prevalecerá el Bien."

El día 14, el Congreso autoriza al presidente a recurrir a "toda la fuerza necesaria y apropiada contra todo Estado, organización o persona que se haya confirmado que ha preparado, autorizado, ejecutado o facilitado los ataques terroristas, o dado asilo a tales organizaciones o tales personas”.

El 7 de octubre, sin mandato de la ONU ni previa declaración de guerra, Estados Unidos y el Reino Unido encabezan una coalición de 40 Estados que atacan e invaden Afganistán. A pesar de la debilidad de los talibanes, los agresores lanzan una cantidad de bombas similar a la que usaron los aliados en toda la Segunda Guerra Mundial, según datos del New York Times. Ese diario cifra en 50.000 los civiles afganos muertos desde entonces.

El día 10, la consejera nacional de seguridad, Condoleezza Rice, cita en la Casa Blanca a los directores de las grandes cadenas de televisión para apelar a su sentido de la responsabilidad. O sea, ojito con las críticas, y nada de informaciones que atenten contra la “seguridad nacional”. La prensa escrita se apunta al plan.

El 26 de octubre, Bush firma la USA Patriot Act, una escandalosa ley antiterrorista que suspende varios derechos civiles dentro del territorio estadounidense. La privacidad y la libertad de expresión quedan muy afectadas. La ley amplía enormemente la definición de actividad terrorista: "El empleo de armas o cualquier utensilio peligroso con el objetivo de causar daños sustanciales a la propiedad". Y da nuevos poderes al FBI y a la CIA en detrimento de los Tribunales de Justicia, entre otras cosas.

Lo que sigue lo sabemos todos. El campo de concentración de Guantánamo, la guerra contra Irak, las cárceles secretas, los secuestros, las torturas, las matanzas, las escuchas ilegales, las mentiras... Los sospechosos atentados de Madrid y Londres... Israel y sus criminales agresiones a Palestina y Líbano. Las amenazas contra la República Bolivariana de Venezuela, Corea del Norte, Siria, e Irán... En fin, como decía aquel estribillo: malos tiempos, para la lírica.



1 comentario:

Anónimo dijo...

POBRESS NIÑOS PEQUEÑOS QUE CULPA TENDRA ELLOS ,OJALA HAYA MAS PAZ Y MENOS GUERRAS EN EL MUNDO,AUQUE YA NO EXISTE LA PAZ PORQUE NUNCA EN EL MUNDO A VIDO PAZ . POBRES NIÑOS . UN SALUDO A TODOS QUE HAYAN LEIDO ESTO.